En el año 98 propusimos una reunión en la UNESCO-Panamá (cuando la montamos en Albrook toda simpática y con la esperanza de un mundo mejor) para hablar de la promoción cultural. En esa reunión estaban muchos de los que hoy siguen la tarea - ya no sólo de promover, sino - de crear y compartir arte y formas de vida. Eso es lo que ahora se llama Gestión Cultural.
Los gestores culturales ya no solamente promueven a un artista, o a un arte. Ahora crean conceptos, hacen mutaciones, híbridos, novedades que van dando forma a la comunidad y sus costumbres.
En Panamá tenemos algunos de estos especímenes. Los hay en varias ciudades, por pequeñas que sean, y siempre terminan sacrificando su patrimonio personal por sus sueños, porque en toda actividad puramente artística las cuentas difícilmente cuadran. En la ciudad de Panamá, ellos han transformado el ambiente, creando eventos diferentes, adaptando grandes creaciones a nuestra realidad y peleando contra viento y negatividad, contra las críticas y las envidias. Nuestros gestores son héroes y ellos saben que dinero no van a sacar. Apenas pueden darse una cena aceptable o un ágape con los amigos. Jamás podrán - digamos - vivir del arte y no se les ha pasado por la cabeza vivir del trabajo de otro artista.
Creo que tenemos que cuidarlos, pero más que nada, tenemos que dejarnos tocar el corazon y la mente por ellos, porque nos están indicando un camino que han visto y que han soñado para ellos y para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario