El 4 de mayo fue un martes de nostalgia. Cada quien con su cuento. Llegó el arqui-poeta Kourany, así es que recordamos aquellos martes del 2003 en el bar Mi Habana, cuando no pensábamos que llegaríamos al 2010 con el saco todavía lleno de esperanzas.
Después de los abrazos, el cuento reglamentario; esta vez “Una Gallina”, de la escritora brasileña Clarice Lispector [encuéntrelo aquí]. ¿Es cierto que la gallina es el animal más estúpido que hay? No lo podemos afirmar con certeza, pero la escritora uso una clásica narración con subidas y bajadas, protagonistas y personajes pasivos, antagonistas, motivos, escenarios y todo lo que se requiere para un buen cuento, además de un final con sentimientos encontrados; es decir, uno sabe que es inevitable como la muerte, pero nunca está preparado para afrontarla.
Sufrimos a la gallina, pero tal vez no tanto como al pasado. Por eso cuando una joven escritora tan buena como es Magdalena Camargo nos leyó algunas de sus nuevas prosas poéticas, nos remontamos a lugares distintos y distantes. Juegos de cama http://madziagesth.wordpress.com/page/7/ es un texto delicado, frágil por su propensión a perder al lector/oyente en sus propios recuerdos, pero tremendamente rico en imágenes y sensaciones. Madzia Getsh dice que es un texto polémico, tal vez por haberlo sometido a públicos con baja tolerancia a sus propios temores (algunas frases sugieren un entorno lésbico), pero a mi siempre me ha parecido un viaje astral bien registrado, una capacidad de mirarse a sí misma en esa hora en que irrumpe el mundo en nuestros pocos momentos de intimidad, esos que sólo nos permite la somnolencia.
Hablamos de nuestra experiencia compartiendo – Magdalena su primero y yo mi segundo – Festival de Poesía de Quezaltenango en Guatemala. Queríamos decir tantas cosas, pero el público (cuál “público” si no hay tarima ni pantomima) también quiso expresarse, y aunque hubo debate histórico, ideológico y político, nos encontramos en ese mismo deseo de poesía.
Prescripciones, también de Magdalena, http://madziagesth.wordpress.com/2010/04/01/prescripciones/ es un texto mágico, yo diría que tiene mucho de cinematográfico. Cuando lo escucho no puedo evitar acordarme de una película que hicieron sobre Virgina Wolf. Las Horas, creo que se llama. Y es que estas imágenes que presenta el escrito de Madzia van más allá de sus descripciones. Hay símbolos que se reconstruyen, que renacen en las palabras que elige para sus lectores. Ella tiene un don, y también está en su silencio.
En estos días en Guatemala con Magdalena Camargo aprendí que es bueno preguntarse y dudar, callar y escudriñar, porque la poesía es exactamente eso lo que hace.
En hora buena Lucy, me agrada coleccionar cuentos, este ya es uno. Saludos.
ResponderEliminarpocas personas pueden hacer que cuento y poesia convivan sin problema y aqui parece que se logra sin problema. Adelante amigos!
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