martes, 11 de diciembre de 2007

Querido Santa:

Tengo una petición muy importante que hacerte y voy al grano. Te ruego tengas la amabilidad de aclararle a mis sobrinos, vecinos y a los amiguitos de la escuela de mi hijo que tu eres un personaje de la historia a través del cual la se explica la generosidad, la fe y el consumismo.

Diles que lamentablemente pasaste a ser el sujeto de las manipulaciones mutuas entre padres e hijos, y que ya da pereza cargar con la culpa de los niños inquietos que no logran "portarse bien" (para complacer a unos adultos perezosos, lunáticos y egocéntricos) y de los parientes despistados y de conceptos atrasados que no logran atinar con los regalos esperados por tus habituales fanáticos.