martes, 27 de diciembre de 2011

La Víbora

La Víbora cuenta la historia de Olga Viacheslávovna. Fue escrita por Alexéi Nikoláievich Tolstoi en el periodo de la post-guerra civil rusa. La trama no sigue una continuidad lineal de tiempo, pero eso no puede saberse hasta avanzada la lectura, elemento que ayuda a que párrafo tras párrafo uno se vaya sintiendo como un observador más de por lo menos tres épocas históricas de Rusia que son cortas pero bien marcadas. Por ello, además de ser un cuento en el que se van sintiendo las emociones humanas más naturales y por momentos extremas, también se puede aprender bastante de la historia contemporánea de aquella sociedad tan misteriosa para nosotros.
Alexéi Nikoláievich Tolstoi va creando a lo largo del relato imágenes con sus palabras, es por eso que digo que uno se siente como un observador de lo que acontece antes de la guerra, en medio de la artillería con el frio de Siberia quemando la piel o en la industrialización con sus metales. Como si fuera poco Tolstoi también crea emociones y es entonces que de observadores pasamos a ser protagonistas, nos convertimos en Olga Viacheslávovna, con sus ilusiones de colegiala, con los sufrimientos del presidio, se va sintiendo la impotencia en medio de las tragedias, el amor en la guerra, el desconcierto y la desorientación al vagar por una Rusia desecha a fuerza de cañón, se sienten los odios en las miradas de los transeúntes que miran con ojos de vasos capilares reventados, hasta sentir la monotonía paralizante al escuchar el sonido uniforme del teclear de las máquinas de escribir de los despachos burocráticos oscuros y hediondos a cigarros de baja calidad.
La narrativa magistral de Tolstoi, así como la de otros grandes narradores de la Rusia ese tiempo está casi desprovista de colores vivos y hasta lo cómico suele estar pintado con tonos grises, por eso hay que hacer la advertencia a quien esté esperando un final feliz, de que definitivamente no lo encontrará aquí, muy por el contrario, quien se atreva a leer este cuento deberá arriesgarse a caminar por soviéticas sendas sombrías, saber que en cualquier momento sobrevendrá el ataque de la víbora y luego tratar seguir andando bajo los efectos del veneno sin perderse.
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martes, 6 de diciembre de 2011

SE BUSCA


Estoy buscando e s e cuento que no he leído, el descubrimiento que alguien hizo y que me puede contar.  Pero no basta con las recomendaciones, que te leas esto, que mires por acá, que tal autor, que no sé que… quiero el por qué, que me lo cuentes…

SI TIENES MIS DATOS, PONTE EN CONTACTO CONMIGO POR CORREO, SINO ME AVISAS Y CUADRAMOS PARA QUE COMENTES AQUÍ EN EL CUENTO DE LOS MARTES… sólo los martes!

martes, 29 de noviembre de 2011

No eres tú, soy yo…


Ya sé que es un lugar común, pero no es literatura de lo que estamos hablando. Pasa en la calle, en las bancas de las plazas, en las cafeterías iluminadas y también en los umbrales de las puertas que una vez nos recibieron con alegría.  Es un cuento que más vale creer, para resistirse dignamente a la realidad.

Si, posiblemente cuando te lo digan, se te empiece a henchir el pecho, con una sensación de grandeza, porque pobrecita la persona que te lo confiesa apesadumbrada, que tiene un problema existencial a resolverse con terapia extrema, pero mientras tú fantaseas con que serás la primera persona que llame cuando se le pase, ya va doblando la esquina en compañía de su verdadero motivo.

Haces bien, quienes ya no creemos en esa historia, la escuchamos con una sonrisa fingida, diciendo para adentro “qué suerte la mía, de tanta tontería que se le pudo ocurrir, viene y me suelta este guión de bajo presupuesto”.  En todo caso, igual es mejor despedirse con ese abrazo de actuación magistral, con ese corte de “cómo te quiero, pero esto está más allá de mi alcance”, y dependiendo del presupuesto, mandarse al Himalaya, a los Alpes Suizos, al Amazonas o en el peor de los escenarios financieros, proponerte al fin leer todos esos libros a los que no les has quitado ni el plástico por andar, según tú, cuidando tu relación.

Pero hazlo, porque si te animas a encontrarte con amistades que tenías abandonadas, a frecuentar lugares por la nostalgia y a buscarle deliberadamente en donde crees que va a estar para que al verte se cure milagrosamente, es probable que te encuentres el cuadro aleccionador de esa persona y su verdadero motivo, compartiendo el postre con una sola cucharita.

Vaya…entonces, ya sabes, la próxima vez que alguien te diga “No eres tú, soy yo…” mejor créele, crécete y piérdete del mapa.  Cuando te toque decirlo, sabrás exactamente de qué estoy hablando.

Buen martes! 

martes, 1 de noviembre de 2011

Quince Duncan... el privilegio de escucharlo.

La semana pasada estuve en Costa Rica para un encuentro de escritores indígenas, afro y sino descendientes.  Me tocó hablar sobre mi libro de cuentos en una mesa de experiencias y elegí un par de fragmentos de esos cuya narración se prestaba para encarnar a un personaje.  Pero me pasaba esa terrible angustia por la mente.  Deben estarse aburriendo y con deseos de teletransportarse a una cantina! -pensaba yo mientras continuaba con mis cuentos. En eso terminó la tarde y un par de elementos me pidieron ejemplares del libro.  Vaya! - pensé - después de todo, no iba tan mal.

Pero toda la autoestima ganada se me cayó cuando escuché por primera vez en mi vida a Quince Duncan leyendo uno de sus cuentos.  Desde que empezó con la primera frase de su historia perdí cuenta de cualquier cosa que ocurría a mi alrededor.  El hombre continuaba y yo sólo murmuraba "qué bueno es este cabrón" cuando hacía una pausa.  Su voz era tan clara, su dicción tan prístina y su ritmo tan envolvente, que una sala con acústica muy comprometedora parecía hacer tregua con este maestro de la narrativa.  Hasta la pertinaz llovizna josefina hizo silencio para escucharle.

De camino a Pavas, cuando el frío se hacía más íntimo, yo sólo recordaba su voz y su espectacular dominio de la palabra.  Pensaba en lo privilegiados que son en Costa Rica de tenerlo ahí, de poder escucharlo aunque sea de vez en cuando, y de sentir su presencia emblemática en ese concierto de talentos que tiene Costa Rica.

martes, 18 de octubre de 2011

Todos los mares conducen a Virginia (Alma Karla Sandoval)

La Wolf, pensé con la primera línea, a pesar de que no recordaba a Leonard.  Me vino esa escena de la película Las Horas, en la que la Nicole Kidman camina hacia las aguas del río Ouse, encarnando a la escritora de Mrs. Dalloway.  También pasaba por mi mente Julian Moore en el papel de la mujer infeliz, soñando que se ahogaba en su habitación mientras esperaba la muerte, meticulosamente planificada con la dedicación que ponía en todo lo que hacía por su familia.

A veces, cuando una lee el título de algún texto, se olvida conforme avanza los primeros párrafos.  Es un descuido consciente, porque ya no quiere depender de un título como si anunciara necesariamente la historia, y también porque sabe del cinismo que puede caber en la elección de uno.

“Todos los mares conducen a Virginia” es un texto epistolar, la simulación de una lectura póstuma, de algo que no se pudo decir por su exceso de honestidad. En él, Alma Karla Sandoval explora las palabras que se quedaron entre líneas en la última nota que Virginia Wolf dejó antes de cobijarse con las aguas en las que buscaba salvarse.

Alma Karla juega con la posibilidad, pero no juega inocentemente, su relato denota el conocimiento de una clave dejada por Virginia en sus textos.  Y es que  este escrito no está en su libro Hipnosis por mera casualidad, sino en la misma línea de las historias que nos va presentando.  Allí explora el subconsciente, busca a la escritora dentro de Las Olas, El pozo de la soledad, Tres guineas, Los años, Entre actos, y  en muchos más, pero sobre todo Las Cartas de Virgina Wolf, que nos dan a conocer su modo epistolar, que en forma nos puede colocar en la manera que tenía la británica de expresar su polémica manera de asumir el peso de su vida.

 Si, nunca fue fácil ser ella, y es lo que en suma nos plantea Sandoval.  Su relación con la familia, con el orden social y con el mundo literario son de los temas que se discuten a veces con ligereza, pero su relación con ella misma y con su mente pudiera trabajarse con esta especie de hipnosis en la que Alma Karla trata de curar a Virginia Wolf.

martes, 27 de septiembre de 2011

La negra, El tren que perdí, La noche y otras historias

Anoche estuve leyendo en Ciudad del Saber para un grupo de soñadores.  Soñaban con un mundo de igualdad en el que la piel negra o la nariz ancha no sea un motivo de discusión.  Mujeres ataviadas con trenzas, pañuelos coloridos y sonrisas amplias me escuchaban contar su propia historia de hijas de inmigrantes a la fuerza.  Hombres dejados llevar por la magia de la genética y la antropología, se preguntaban por la edad, por el cutis y por los eslabones de la historia.

Leí poemas (entre ellos La negra, El tren que perdí, La noche y Leche) y conté historias.  No era que los explicaba, los colocaba en contexto, amortizaba su tristeza con la versión narrativa de una imagen.  No se confundan, a las personas les gusta la empatía aunque esté en desuso.

Los poemas pueden desatar historias, recuerdos, cuentos inimaginables. Basta con una palabra, con una imagen o incluso el ritmo para que la memoria active el archivo preciso. 

“Mi historia es parecida” me decía una mujer, vino en mano.  “He sentido lo mismo que decía ese poema sobre la leche que me brota del pecho cuando estoy lejos de mi niño” me confesaba una muy bajito; “No puedo creer que nunca hayas subido a un tren” exclamaban un par de señores.  Los disparadores – como los llama Alma Karla Sandoval en sus talleres – son infinitos y las historias no tienen límites para inventarse.

Este martes deben haber empezado a fluir muchos cuentos entre esa gente que escuchaba poemas la noche anterior.  Todos esos serán el cuento de este martes.

martes, 23 de agosto de 2011

Esta noche habrá Cronopios en Rayuela

¡Qué miedo! Nunca supe cómo era un Cronopio... Siempre me pareció que la gente era una mezcla de los tres personajes de Cortázar.  Dicen que soy una de esas criaturas, que sólo seres así organizan festivales de poesía, y que los famas niegan con la cabeza porque es una locura, y que las Esperanzas asisten al Festival de Poesía, más que nada porque son buenas y quieren colaborar aunque no les sobren 10 dólares.

Les invito a que nos acompañen esta noche a partir de las 7 en el Rayuela de Vía Argentina en la Ciudad de Panamá.  Cantaremos junto al Colectivo musical Paissage y si no puede llegar, simplemente siga el siguiente vínculo de live streaming y acompáñenos desde su computador: 

Catala catala...

martes, 2 de agosto de 2011

Howl, el Aullido de Allen Ginsberg

Es una producción cinematográfica de lujo en la que se puede apreciar el poema Howl (Aullido) de Allen Ginsberg en varias dimensiones.  El autor comienza a leer su poema ante el público de una cantina, y dos años más tarde aparece en una entrevista, mientras se da un juicio al editor de “Aullido y otros poemas”.  Ambos escenarios nos llevan a ver a fondo el proceso creativo, la diversidad de críticas literarias y morales, así como una animación exquisita que recrea varios versos del famoso poema, que aún hoy día seguramente no se entiende a profundidad (experiencia propia), quizás por falta de referencias.

La película fue dirigida y escrita por Rob Epstein y Jeffry Friedman. Se estrenó en el 2010, con James Franco en el papel de Ginsberg joven.  Pero la cinta no habla sólo de poesía, sino que aborda temas escabrosos como la definición de obscenidad, los prejuicios morales, la vida en bajo mundo urbano, las prácticas médicas psiquiatritas y la libertad de expresión, entre otros. 

Se le llama “Biopic”, pero no es así como quien nace, crece y muere.  Se habla de su madre, su padre, sus amores y de su amistad con personas que influyeron su vida y su obra.  Pero no aburre, porque evoca la información cuando está ligada al tema. 

“Hay un montón de escritores que tienen ideas preconcebidas acerca de lo que la literatura se supone debe ser, pero sus ideas parecen impedir todo aquello que se hace más interesante en una conversación casual ... su homosexualidad, su soledad, su neurosis, su tontería, su vulgaridad o, incluso, a veces su masculinidad. Porque ellos creen que van a escribir algo que suena como aquello que ellos leyeron con anterioridad, en vez de sonar como algo propio o que venga de sus propias vidas.”

Esta es una de las frases en la película que da cuenta de su revolucionaria forma de escribir, de su descubrimiento sobre la literatura y del valor que daba a la vida.  Les invito a ver Howl en el sitio de películas http://www.cuevana.tv/peliculas/3445/howl/ que la exhibe on-line, y si pueden alquilarla o comprarla mejor, porque es un paquetito digno de coleccionar.  

martes, 19 de julio de 2011

Z A P A T O S

Cuando Martín Testa escribió el poema Lucy Cristina, uno de sus versos más dicientes fue “calza los traviesos pies con lo segundo que encuentra en sus atropellos”.  Nada podía definir mejor esa lluvia de preguntas que me atormenta al calzarme.  Pero la complejidad que presenta la obra “Zapatos” en cuanto a los motivos, deseos y fantasías que sostiene al negocio del calzado pasa de esa duda insoluble para meterse en un asunto de mayor calibre sobre la naturaleza humana.

Si además nos ayudamos con el documental “El siglo del individualismo” de la BBC, comprenderíamos cómo opera la mercadotecnia para que nuestros deseos más íntimos terminen reducidos a objetos en los que depositamos toda nuestra esperanza.

Pero “Zapatos”, la obra que presenta este mes el Estudio Lagartija en la ciudad de Panamá, pone en el tapete varios temas tabú.  ¿La infelicidad se cura con las compras? ¿Está la crueldad bien cotizada? ¿Qué es el éxito en el imaginario de una persona débil? ¿La marca importa más que la utilidad? ¿El orgasmo se produce en la mente? ¿Qué se pierde cuando se sacrifica la calidad?


Basada en la obra “Quality” de Elaine Avila, esta producción de Mariela Aragón y Maritza Vernaza, dirigida por Ted Gregory, se sitúa en una tienda de calzados de lujo, donde dos mujeres intercambian algo más que un horario laboral y unos cuantos secretos de venta.  Roxana y Pipa son la historia que cuenta la historia de muchas historias.  Ellas intuyen y conocen los porqués de las decisiones irracionales a la hora de comprar zapatos, pero tienen también sus propias historias de miedo y deseo, de soledad y protagonismo.  Dialogan con soltura y pasan de un sentimiento a otro como ocurriría en un día cualquiera en un trabajo cualquiera, salvo porque para ellas lo que hacen es pasión por lo humano.  En eso las actrices se revelan. Una que las conoce un poco sabe que dentro de Pipa y Roxana hay algo de Maritza y Mariela y sus miradas cómplices van a develar algo de nuestras mentes para presentarlo al próximo grupo íntimo de privilegiados que entren a ver esta obra.

Vayan a ver “Zapatos” y verán que ya no verán a los suyos de la misma forma…

martes, 14 de junio de 2011

El pibe Cabriola

En el 2000, la Unesco y Radio Nederland sacaron una colección bajo el título “Valores. 12 Cuentos y reflexiones iberoamericanos para una cultura de paz”, en el cual participaban escritores como Rosa Montero, Eduardo Galeano, Ángeles Mastreta, Manuel Vásquez Montalbán, Elena Poniatoswka, Alfredo Bryce Echenique, Antonio Skármeta, Jorge Edwards, Abel Posse, Lidia Jorge y Sergio Ramírez.  Este último postuló un maravilloso cuento con el nombre de “El pibe Cabriola”.

La colección era semi-lujosa, bellamente ilustrada, y cada texto, incluidos en discos compactos, fue grabado en voz de su autor.  Es un tesoro, que en su momento se distribuyó en emisoras de radio en toda América y que también he compartido con algunas personas que devuelven libros.

Autogol, fotografía tomada de ligafutbol.net
Pero para volver a Sergio Ramírez y “El pibe Cabriola” no puedo olvidar un episodio triste del fútbol: el autogol del colombiano Andrés Escobar en el mundial de 1994 y la consecuente tragedia de su asesinato en una discoteca de Medellín.  El nicaragüense Sergio Ramírez parece haber tomado esta historia como base para este cuento.  Lo relata en primera persona y lo lleva entre la pasión por el fútbol y la desesperanza de un personaje que atestigua la tragedia como algo irremediable y a la vez vergonzoso. 

La narración es muy fluida, cada eslabón del texto puede sólo, pero juntos tienen la fuerza inexplicable de algo que va creciendo, más que nada en la imaginación.  Aunque uno esté advertido, el final le parece imposible, con ese sabor a impotencia que te dejan las verdades crueles. 

Leerlo pone en perspectiva el fanatismo.  Hay muchas maneras de matar a una persona, y la crueldad tiene esa característica de acercarse demasiado al límite de lo tolerable.  Una cosa es haberse enterado en las noticias de que aquel defensa colombiano fue muerto a tiros en una discoteca y otra leer la adaptación de Ramírez.  Con la noticia se puede elaborar alguna teoría irracional de mafias y apuesta, pero en esta lectura se empieza a comprender que evolucionar requiere más que vestirse a la moda y tener artículos electrónicos modernos.

En el contexto del libro del Año Internacional para una Cultura de Paz, este es uno de los más fuertes relatos de la colección, dado que nadie sale bien librado de la radiografía.  ¿Cuántas veces no hemos alterado la balanza al juzgar a un ser humano?  Tenemos esa debilidad visceral de anular a alguien por un solo error, cuando del otro lado contiene más razones para amarle.

“El pibe Cabriola” es más que un cuento.  Es la posibilidad de una introspección para la evaluación individual de la capacidad destructiva de la humanidad.  Es un relato de un segundo de nuestro pensamiento, ese que secretamente es capaz de decir “se lo merece”.

martes, 31 de mayo de 2011

Cuento colectivo

La tecnología 2.0 ha cambiado muchas cosas en nuestra forma de ver la internet.  Ya no es una valla de anuncios que mirábamos pasivamente para enterarnos más de algunos temas antes guardados en las bibliotecas polvorientas y con todo un protocolo para entrar y solicitar libros, mapas o revistas.  Ahora los usuarios pueden aportar información, cambiar definiciones y hasta crear literatura de forma compartida, como lo que propone el proyecto de Jairo Echeverri García: http://www.cuentocolectivo.com/

Cuento colectivo propone una especie de Cadáver Exquisito, un escrito entre varios autores, que aunque puede evidenciar estilos distintos, pretende un texto que revele una identidad compartida sin que caiga en lo homogéneo. Pero no sólo se queda en la experimentación, sino que busca promover la literatura en este espacio que volvería loco del júbilo a Newton por aquello de la inexactitud del tiempo, ya que la internet en este caso nos pondría en el dilema de dónde y cuándo fue creada una obra literaria.

Para participar en Cuento Colectivo sólo hay que entrar al sitio internet y seguir las instrucciones. En las publicaciones que exhiben, podrán apreciar los trabajos y comentar sobre los aspectos que les llamen la atención.

En mi experiencia, el cuento colectivo podría ser frustrante.  Un buen pie podría quedar sepultado con una tontería, o un final fuerte puede perderse entre los inicios débiles.  Depende mucho de la capacidad de edición y de que los participantes propongan con iguales condiciones y ganas.  Si para un participante la cosa es un relajito, si para otro es cuestión de vida o muerte, si una piensa que la redacción debe ser muy formal y al otro le gusta el lenguaje coloquial, toca tomar decisiones que no siempre agradan.  No en vano el trabajo de escritor suele ser solitario, subjetivo y complicado.

Pero hay que darle oportunidad a la creación colectiva, hay que atreverse a poner el proceso creativo a prueba de egos y entrarle a experimentos organizados como el que nos propone hoy Cuento Colectivo.

martes, 24 de mayo de 2011

Cine Caribe en Panamá


Para esta semana el cuento es el cine caribeño. En la ciudad de Panamá se estará mostrando una colección que se ve muy bien, salvo porque no son para menores de edad. Eso nos complica las cosas a quienes andamos con gente chiquita, pero los organizadores han preparado la muestra en dos tiempos y sedes distintas para que nos podamos organizar mejor. Suerte... y me cuentan!


Muestra de Cine del Caribe: Presenta una selección de películas de y relacionadas con países de la cuenca caribeña, como ANTIGUA Y BARBUDA, BARBADOS, BELICE, COLOMBIA, CUBA, HAITÍ, ISLAS CAIMÁN, MARTINICA, REPÚBLICA DOMINICANA, SURINAM y VENEZUELA, que en Panamá serán exhibidas en programas diferentes en cada una de sus dos sedes: el Ateneo de Ciudad del Saber (del martes 24 al viernes 27 de mayo) y en el Estudio del GEGU - Universidad de Panamá (del lunes 30 al jueves 2 de junio) a las 7:00 p.m.        ENTRADA GRATIS
Martes 24: 
LOS DIOSES ROTOS (Cuba 2008), drama de Ernesto Daranas. Opera prima. Lo peligroso del escabroso mundo de los chulos y la prostitución en La Habana actual, aflora cuando una profesora investiga para su maestría la historia de un famoso proxeneta cubano de principios de siglo XX y comienza a hurgar más de la cuenta. Premio de la crítica en el Festival de La Habana, entre muchos más. Duración: 93 min


Miércoles 25:
ENGANCHADO (HOOKED) (Antigua y Barbuda 2009) Drama de Nigel Trellis. Una chica enajenada con su amante, ahora encarcelado, echa a la calle a su pareja del momento el día en que el otro sale libre. Aquel se niega y decide quedarse, con consecuencias imprevisibles. Duración: 38 min.

EL PASAJE DEL MEDIO (PASSAGE DU MILIEU) (Martinica / Francia 1999). Drama de Guy Deslauriers. La terrible realidad de la trata de esclavos y la devastación que causó entre los africanos es el centro de este impresionante relato, especie de docu-drama, que sigue el viaje de un barco negrero de África a América, narrado por uno de sus obligados pasajeros. Pasaje del medio llamaron a esa ruta. Duración: 77 min.


Jueves 26:
DOLORES (Colombia 2009), drama de Tatiana Villacob. 1953: La rezadora oficial del pueblo conservador de San Jacinto se enfrenta un conflicto personal y social cuando llega su hijo muerto y resulta que era liberal. Duración: 15 min.

LADRONES A DOMICILIO (República Dominicana 2008), comedia satírica de Angel Muñíz. Un retrato satírico de la corrupción política y social en la Dominicana de hoy, perfectamente aplicable a otros países, es lo que logra esta comedia de Muñíz (Nueba Yol): Un profesor universitario decente y trabajador queda envuelto en las artimañas de un empresario mafioso. Duración: 105 min.


Viernes 27:
LECHE (MILK) (Colombia 2008) Drama de Alex Cottrell. En San Andrés, mientras una pareja pobre está discutiendo por la falta de comida, los niños salen a jugar y se encuentran con algo que puede cambiar su situación dramáticamente. Duración: 10 min.

PUNTO Y RAYA (Venezuela / Chile / España / Uruguay 2004). Este drama satírico es el segundo largometraje de la cineasta venezolana Elia Schneider: Resalta valores humanos como la amistad y la solidaridad dentro de un mundo en conflicto. Un juega vivo de los barrios caraqueños y un campesino colombiano bonachón se encuentran y enfrentan en la frontera, en medio de una guerra a punto de estallar. La película fue premiada en los festivales de Biarritz, Huelva, Gramado, Bogotá, Sao Paulo, La Habana, Rio, entre otros. Duración: 102 min.

martes, 17 de mayo de 2011

El chisme, ese cuento mal intencionado que nos fascina y que nos mata.

¿Fuiste víctima de un chisme?  Normal, sólo debes aprender que la ingenuidad no mezcla bien con el temperamento agresivo, porque te puedes arrepentir de los arranques innecesarios.
 
Te dará un bajón y en el mejor de los casos pedirás disculpas – ojala no muy dramáticamente, porque provoca lástima – a quienes ofendiste.  Otra reacción común es aislarse y caer en depresión, lo cual sólo agrava la situación.  Es tan triste como desviar el tema que inicialmente colocaste como el motivo de tu rabia, porque te diste cuenta que habías sido víctima de un chisme.  Esto último es lo que deteriora las relaciones al grado de que ya no vuelven a ser ni remotamente iguales.  Recuerda que las relaciones entre personas son frágiles como un papel y que cada molestia las arruga, las raya y hasta las rompe.  ¿Ves el efecto de abuso del borrador?  Es lo mismo, de tanto equivocarte y pedir perdón por tus groserías, la relación acaba convirtiéndose en un papel manchado y roto que ya no es interesante para la otra persona y tú te vuelves cada vez más lastimero.

Sólo las personas emocionalmente fuertes logran relativizar las ofensas y fortalecer una relación incluso con la sumatoria de exabruptos.  Es gente que entiende que sus amigos, pareja o familiares son defectuosos y se ríen de los arrebatos, los llaman “lunas” o los ignoran hasta que pase el huracán.

Si eres de las personas que no maneja bien la información, que a la primera de cambios corre a gritarle a los demás, de las que toma decisiones drásticas y teatrales porque alguien le contó que su amigo lo traicionó, entonces ya estás con la patología.  Debes trabajar con una cosa que se llama ASERTIVIDAD. 

El lenguaje asertivo es muy simple, pero cuesta mucho ensayar.  Es bueno tomar talleres, porque en ellos te colocan situaciones hipotéticas y trabajan contigo para llevarte a comprender que la agresividad no te conviene, aunque en ciertos escenarios y con ciertas personas lo único viable es “parar el carro”. 

El chisme llega a tus oídos,
tú decides si sale de ahí.
¿A quién le debo parar el carro?  A la gente que te molesta a propósito, que viene especialmente a hablarte de un tema que es asunto de otros, a quien te insinúa constantemente algo que es el preludio de un problema, a quien te provoca en esas cosas que sabe son sensibles, a quien cuando ve algo bien hecho siempre se le ocurren “sugerencias” que implican virajes de situación y si no les paras bolas te acusan de anti-democrático, etc.  Son personas que vienen directamente a agobiarte y no saben identificar cuando se van tornando imprudentes… o si, o si lo saben, pero creen que es su única oportunidad de brillar.  Si tu les paras el carro, su primera reacción será acusarte de groserías, ofensas y hasta de insensible.  Eso es lo que hace un arte la asertividad, esa capacidad de decir las cosas con tal claridad que no quede espacio para que un desubicado se permita usarte de víctima.

Entonces, si has sido víctima de un chisme, si fuiste a armarle un escándalo a tu pareja porque te dijeron que estaba de arrumacos en un café, si hiciste que le botaran del trabajo porque le armaste un numerito en el local, si renunciaste al trabajo porque te dijeron que serías el único al que no le iban a aumentar, fuiste víctima de un chisme y estás de malas. 

Pero recuerda que no puedes culpar al chisme de tus problemas, porque el chisme es la posibilidad de un anónimo para ver crecer una historia que inició en su boca.  Tú eres, como decía Shakespeare, el juguete.  Si te dejas llevar por los arranques, te conviertes en agente conductor para que el chisme pase a ser importante elemento en la destrucción de una persona, una causa o una vida. 

El chisme llega hasta la puerta de tus oídos.  Tú eres quien puede o no volver a darle salida, potenciándolo; o bien puedes decidir reducir su fuerza, ahondando en su veracidad y rectificando lo nocivo.  Incluso puedes convertir el chisme en un chiste y con ello le das una lección a su génesis en el espíritu travieso de quien lo inventa.  

Si eres ingenuo y te crees un chisme, no hay problema.  Acuérdate que la verdad también te llegará en su momento.  El problema es que tus acciones te condenen.

martes, 3 de mayo de 2011

Cuento de horror


Cuando salió de boca de Rubén, creí que era un poema. Una imagen tan sutil y a la vez contundente se me antoja más para la poesía que para la narrativa.  Sin embargo, Cuento de horror es un minicuento del fallecido escritor mexicano Juan José Arreola.

Sus personajes se extrapolan, ambos conviven en las únicas dos afirmaciones del narrador, interactúan perfectamente en el fraseado que les pone por igual en la trama de una historia cuya línea de tiempo transcurre de un pasado remoto a un presente inconcluso. 

En este caso en particular, el título hasta forma parte de la historia; de hecho, sería el indicador más preciso de que es un cuento y de que no hablamos de una afirmación romántica, sino de un acontecer cargado de perturbación.

Arreola no sólo muestra el dominio de la narrativa híper breve, sino que impresiona por la sencillez categórica de su texto. Y como ya dijimos antes en otra entrada de esta bitácora de cuentos, en la narrativa corta el estupor del lector es señal absoluta de que estamos ante una pieza literaria de antología.

Agradezco entonces el oportuno comentario con el que conociera este magnífico pedacito de literatura. También les invito a leer más cuentos de Arreola, disponibles en varios sitios internet, para que no se pierdan - como lo hice yo por tanto tiempo - este excelente autor.  Anoche leí El guardagujas y quedé más impresionada.

martes, 26 de abril de 2011

La flaca

¿A quién no le gusta una canción que cuente una buena historia?  


No es sólo el estribillo pegajoso lo que nos seduce, sino lo que compartimos en nuestras fantasías (o realidades) con el autor.


En los versos de La flaca, del grupo español Jarabe de Palo, encontramos la sensualidad desgarbada del personaje que admiramos y que nos aviva un deseo apaleado por la libertad.   Quien a La flaca le canta la sabe libre, la sabe dueña de si, de su tiempo, para nada una fémina sumisa que se deje dominar siquiera por el "bienestar material".


Suma mucho la voz de Pau Donés, que tiene una particular manera de echar el cuento como si fuera un dolorcito.  Lo es, lo es porque sabes que las personas no son propiedad de nadie y sólo deseas estar con alguien, pero ni siquiera sabes si es posible.  A veces, incluso sabes que estás como lejos de esa paila y lo único que pides es una solita oportunidad.


La flaca es pues la historia del eterno enamorarse y saberse perdido en este gran libro de cuentos que puede ser el destino, ese que te coloca delante de alguien y también te lo aleja.  La canción termina con un fading bien intencional, casi melancólico y bastante lejano al tono que introduce.  Cantándola, uno se diluye en ese mismo estribillo sin aparente final, porque ¿cuál es el final?  ¿Después de ese beso -si te lo diera-, qué?


gózalo!

martes, 29 de marzo de 2011

les tengo sin noticias

No les abandono.  Sólo estoy a dieta de cuentos.  Me ocupa Stepehn Hawking, con A brief history of time, y una novela para niños que estamos leyendo por tercera vez.  Es del salvadoreño Jorge Galán, y se llama El premio inesperado.  Luego de eso, textos académicos del postgrado, literatura escrita por mis alumnos de Creative Writing (tienen talento) y todos los links que me mandan por correo y facebook (cosas de política, economía y conservación de la naturaleza).

Ya me volví puro cuento!

martes, 11 de enero de 2011

Cuento viejo

Hace muchos años aprendí que los desastres no son naturales.  Es una cosa sencilla.  Los fenómenos naturales como las lluvias, los huracanes y los terremotos han ocurrido desde que el mundo es mundo, ya sea que creas en Adán y Eva o que te vayas por la teoría de Darwin.

Los desastres son, por ejemplo, las inundaciones, los derrumbes, los deslaves y las muertes producto de los golpes, el impacto psicológico y otros.  Como el actual director panameño del Sistema Nacional de Protección Civil se ha dado a conocer internacionalmente por desconocer a los científicos, tratándolos de charlatanes y consultores onerosos, nunca logró entender que era posible alertar con mucho tiempo de anticipación a los gobernantes y tomadores de decisiones de modo que supieran cosas sencillas, como por ejemplo, que el fenómeno de La Niña causa lluvias más intensas y más frecuentes, incluso en temporada seca.    No parece haber entendido qué hace en ese puesto y cree que debe aparecer después que pasó el desastre.  Desconoce que la prevención es un elemento clave en el desarrollo de un país y prefiere desfilar con donaciones para los damnificados.  Ayer le dieron más de su medicina, lo han nombrado el repartidor oficial de agua de la ciudad gorgojo.  No sé si será feliz cual reina de carnaval repartiendo pachitas de agua, pero si sé que se ve muy triste ser relegado a semejante trabajo, cuando pudiera tener un papel trascendental en evitar que se den bochornosas declaraciones como las que hace hoy día el presidente de Panamá, al decir que tenemos 40 días sin agua porque la lluvia los tomó por sorpresa.

Este es un cuento viejo, algo en lo que ya no podemos creer, algo que los hace más estúpidos a nuestros ojos y para lo cual no consideramos siquiera que valga el esfuerzo decirles que mienten.