martes, 16 de noviembre de 2010

"Educación" es el nombre de un negocio.

Desde el maternal hasta el doctorado, la educación es un tema en cual la ética debería estar por encima de las proyecciones del flujo de caja, pero sucede lo contrario.  Parece que la cantidad de matrículas determinan la oferta académica y la atención, y sin el menor asomo de vergüenza, los administradores de centros educativos imponen costos y cuotas para todo.  Las condiciones se endurecen sin la menor consideración, se cambian las reglas a la conveniencia de las escuelas y facultades, y la amenaza de quedar sin cupo, con recargo, sin nota y con multa son la tónica de los comunicados que reciben los estudiantes.

La vocación no entra en la transacción.  La lista de deberes se acrecienta, la calidad cada vez es peor y la tecnología sólo aumentó los costos de matrícula, porque los salones audiovisuales, por ejemplo, se usan para ver dibujitos animados y hacer ensayos o coreografías.  La cafetería es el gran negocio en todas las escuelas, los uniformes son otro emporio y el tema de los seguros médicos un engaño con el que nos mantienen tranquilos cebando el cochinito de los negocios.

Supermercados deberían llamarle a los postgrados, porque sólo a recoger de las estanterías llegamos.  Clin, clin, suena la registradora, mientras acumulamos materias que igual vamos a pasar, sepamos o no. 

¿A qué viene este ceviche de vísceras? Al descontento, al hastío que me ha producido este martes 16 de noviembre, en el cual me llega una nota de la escuela con el hostil recordatorio de la matrícula, y una hojita de gastos y fechas de pago.  Para pagarme como docente, la miseria no vista y luego en el postgrado la situación más infame: los estudiantes dependíamos de dos matrículas más para que iniciara la segunda parte del curso.  En el minuto que reciben el pago “avisan” que las clases comienzan … jajaja… dentro de una hora!

Esto es – como se lo dije al administrador – el irrespeto a la persona, el menosprecio por el otro, tu tiempo no vale nada, debes esperar a que yo quiera porque tengo el control.  Con su cara de concreto a decirme que hay un malentendido y de todas formas hacen lo que les da la gana…

Si, esto de la educación es un negocio porque tienen el control, porque ellos mismos ponen las reglas estas en que los títulos académicos caen como chorros sobre el papel, pero cuando alguien como yo se asquea de ver cómo cabezas huecas repiten el mismo discurso pobre una y otra vez, empieza a germinar un cambio que en lo más profundo les hace temblar.

martes, 9 de noviembre de 2010

"Te reto"

“Te reto”, así decía el asunto del mensaje que me dejó el Súper Q con el vínculo Internet del cuento “De la simetría interplanetaria”*.   Yo no conocía el cuento, lo juro.  Bueno, al menos no lo recuerdo.  Pero la idea… si, la idea de que puedan existir realidades paralelas entre planetas me suena.

En todo caso, comencé a leerlo sin prejuicio alguno, con el único dato de que era un cuento que había impresionado a mi remitente.  Cuando vi la intención con eso de los “farenses” me detuve.  Esta otra vez creando un lenguaje, pensé.   Porque Julio Cortazar suele hacer esas cosas sin importarle un pito si uno cae o no en cuenta a la primera. Ah, no… me dije, esto tengo que leerlo en un libro, acá en la computadora no me concentro. 

Larga fue la pausa y corta la sorpresa.  No lo tengo, no está en las colecciones que guardo en casa para los días de gotones y alegría.  Nada.  Así que volví al mensaje, del mensaje al vínculo y del vínculo al cuento.  Y luego me volví por el mismo camino, hasta que me tropecé con el reto nuevamente:  “te reto a que lo critiques”.  Esto es una venganza, pensé.   No me dijo “analizar”, “presentar”, ni mucho menos “explicar”, sino “criticar”. 

La cosa estaba clara, no se puede pasar agachada por una crítica literaria.  Una queda tan juzgada como lo que juzga.  Expuesta totalmente frente al texto de un maestro, así voy a quedar cuando me lance de cabeza con este reto.  No voy a salir ilesa, y menos cuando hasta un corto cinematográfico se ha hecho de este cuento. 

Sacó a pasear al niño, es lo primero que se me viene a la cabeza.  Cortazar hecho un Julito, un osito que imagina cosas y que tiene el descaro de plantearlas por ahí.  (En este punto me gustaría saber en cuál libro, en qué año, desde cuál país… porque esas cosas a mi me importan en la lectura de un texto.  Hasta hoy no consigo saberlo).  Pero no, tiene demasiadas imágenes, comenzando por el epígrafe, “This is very disgusting. Donald Duck”.

Espera un poco…. los farenses son bichos, son como arañas, ni si quiera tienen corazón!  Pero con todo y eso, al pequeño Julio le parece que son hasta mejores que esos humanos.  Llega un punto en que se pregunta “Lo que falta saber es si los seres reaccionan igualmente en todos lados.” y de pronto aflora el posible paralelismo.  

¿Y yo qué le puedo decir a Súper Q? Si al mero Julio Cortázar le da la gana de hacernos una bola de mierda a los humanos junto a los farenses, de tratarnos como bichos, casi con el despecho con el que un tipo dice que todas las mujeres son iguales; pero si no conforme suelta lo de El Calvario como un juicio final, como un dictamen médico que nos condena como raza, poco es lo que se le puede reprochar a la sencillez con que lo escribe.

Si, es un niño que se pregunta cuán vil puede ser la humanidad, es un niño que se maravilla con las puestas de sol y que aprecia ser tratado con amabilidad.  Llegar tan lejos en la imaginación y trasladar consigo a sus lectores hasta la ciudad 956 para decirles que un planeta puede tener una sola ciudad capital y que al final somos todos la misma cosa, que las pirámides son un artefacto nada espectacular si el uso es cotidiano, hacer todos esos paralelismos sin dejarse afectar por la posible crítica de una pobre mortal, una miserable más entre tanto ser vil de este planetita de pacotilla, más dividido que una manta de retazos…yo no sé si eso puede ser criticado.  Lo más que puedo hacer es sentirme donada de una gran lección de literatura.   

(*) Aclaro que en este link los dos últimos párrafos pertenecen a otro cuento, comentado anteriormente en este blog.

martes, 28 de septiembre de 2010

Recovecos de la mente

El tonel de Amontillado es uno de los cuentos más característicos de la narrativa de Edgar Allan Poe.  Su talento se despliega bien en esta pequeña historia, que no por lo poco extensa pierde importancia en el género del cuento.  Quien no lo conozca, pase a leerlo en el siguiente vínculo: 
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/poe/barrilde.htm

El autor nos propone un tema en vigencia continua:  el odio gratuito por una ofensa sin intención.  Tan es así, que Poe jamás plasma en la historia la supuesta ofensa, pues carece de importancia.  Hubiera sido pérdida de recursos darle si quiera una línea.  Así que todo lo relatado nos viene del atribulado personaje principal, Montresor, quien haya en cada gesto y palabra de Fortunato una ofensa dirigida a él. 

A lo que si da toda la importancia el autor es a la perfección de un crimen planeado por años. Poe cuida cada detalle con el riesgo de llevarnos en vilo en cada oportunidad que tiene Fortunato de retroceder.  Montresor le da no menos de 10 oportunidades para que no asista a la cava donde piensa matarlo.  Claro que cada oportunidad va acompañada de un sablazo a la debilidad de la víctima, cuya tragedia identifica el agresor en su orgullo de conocedor de vinos.  Incluso llega a utilizar a Luchessi como detonante de ese deseo de llegar primero al vino Amontillado.

Fortunato es un hombre de apariencia feliz, cuya franqueza no deja de ofender al protagonista.  Montresor ha vivido tan pendiente de él, que ha llegado a conocer los detalles de su vida, sin permitir – eso si – que surja en él un mínimo de afección por quien lo ofende ya con sólo existir.  Esta es una historia en la que Poe captó una de esas miserias del ser humano; una envidia infundada, que sólo puede alojar quien anda mal en su pellejo. 

Montresor lo tenía todo materialmente, pero se fijaba en el otro ya casi con obsesión, y esa misma obsesión lo condujo a convertirse en un monstruo.  El relato en sí, del crimen – muy al estilo Poe – es una variación del crimen perfecto, que ya por la imposibilidad legal de contarlo, pierde su valor como hazaña. 

La mente de Poe tenía unos recovecos impresionantes, por donde transitaban las ideas más extrañas para la época en la que vivió – y aun para la nuestra –, y era precisamente una capacidad de ver por dentro al género humano, sus miserias, sus más horripilantes posibilidades y sus contradicciones.  Poe demostró una vez más que la maldad existe y que no tiene nada que ver con merecer o no el odio de nuestros adversarios.

martes, 27 de julio de 2010

Sembradores del mañana



Como todo se moderniza, en El Cuento de los Martes también nos dedicamos a editar videos para que nuestra audiencia tenga de todo. ¿Qué tal?

martes, 18 de mayo de 2010

si un poeta nos visita

Por eso es que uno de los acontecimientos que más celebro es la visita de un poeta.  Llegan con los ojos bien abiertos, como buscando un código oculto en cada esquina.  Así como encontré a Daniel , más que puntual en la cita que nos dimos este martes en Rayuela. 

Daniel Matul es guatemalteco de nacimiento y residente en Costa Rica desde los años que ustedes alcancen a calcular.  Tenía todas las intenciones de estudiar educación física, pero a tiempo encontró el camino de las Ciencias Políticas y la Poesía.  De estas cosas y otras de su vida como escritor, como profesor de ciencias políticas y como consultor hablamos entre varios amigos que nos acompañaron. 
Nos leyó poemas inéditos, algunos del libro “Noche de Ronda” y otros de su primer libro editado en Costa Rica.  Con Daniel una escucha sobre lugares muy específicos que lo marcaron en sus tantos viajes por Centroamérica, uno mira con otros ojos las calles y las situaciones que lo inspiraron.  Empieza una a creer que es cierto que esa integración que tanto necesita nuestra región está en manos de los artistas y del pueblo.

Bien hice en comenzar la noche leyendo el cuento “Narciso”, de Denis Smith, ya que su irónica ambientación nos dio pie para gozar del buen humor de Matul, de su musicalidad, de su herencia Maya y de su amor por Centroamérica.

martes, 11 de mayo de 2010

el martes de un poeta

Este martes el cuento lo abrió Luz Adriana; ella, con su característica voz poética nos embelesó con historias de su querida Bogotá, muy bien logradas en un cuento de Carmen Cecilia Suárez, llamado "Si yo viviera un mes en el centro". Y nosotros íbamos y veníamos entre bares, cafés, bandas y mucha poesía que una mujer soñaba, mientras el marido la llamaba a censura en todo tono.

Ya ambientados en la poesía, invitamos a leer parte de su nuevo poemario a Javier Alvarado. Se nota que Carta Natal al país de los locos (Poeta en Escocia) es un poemario cargado de dolor, que nos lleva por caminos insospechados de la mente y sus recuerdos. Cada poema que nos leyó pesaba como una pregunta sentida con necesidad de encontrar una respuesta perdida en los recovecos de una mente distante. Estos poemas pueden consultarse aquí en el No.35 de la Revista Electrónica Carátula (hecha en Nicaragua).

"En este enterradero todos tenemos epitafio" comienza diciendo el poema "El enterradero de El Ciprián" con el que acompañó algunas anécdotas sobre la historia que motiva al poemario merecedor de una Mención de Honor en el Premio Casa de las Américas 2010. Y así seguimos compartiendo con este joven, que entre los nuestros es de los mejores, que tiene un trabajo sostenido, serio y comprometido con la poesía. No faltaron las miradas de admiración entre los presentes, que lo recorrían buscando tal vez más edad, pero alegres de encontrar en su juventud la esperanza de la palabra.

Al terminar la lectura del poeta, tuvimos tiempo para otro cuento y compartimos "El Padre" del chileno Olegario Lazo; una historia que data de las primeras décadas del siglo XX, pero que mantienen vigente ese amor paternal, esa pureza con la que somos amados más comúnmente por la madre, sin exigir de nosotros los hijos un gesto de agradecimiento, siempre justificando las majaderías como errores propios y sobre todo, comiendo mierda-con-mierda (como diría Chuchú Martínez) al amparo de saber que el hijo está bien y que es feliz.

Pero como no todo es nostalgia ni tristezas, tuvimos la alegría de conocer a Daniel Andrade y su guitarra, que vinieron desde Venezuela con Isabelle Granger a rescatar algo más que gente en desastres naturales, sino corazones en desastres existenciales. Daniel trabajó hace poco en el proyecto "Cinema Sun" al cual se pasa la invitación para ver videos y escuchar música en el respectivo enlace antes colocado.

Ya sé que les dejé el enredo con tanto enlace, pero así quedaron nuestras mentes con tantos llamados desde la narrativa, la música y la poesía. Les esperarmos este martes 18 en Rayuela Bar desde las 7 de la noche con el poeta guatemalteco Daniel Matul en "si un poeta nos visita". Estará muy bueno, no se lo pierdan.

martes, 4 de mayo de 2010

Juegos de cama en Rayuela Bar

El 4 de mayo fue un martes de nostalgia.  Cada quien con su cuento.  Llegó el arqui-poeta Kourany, así es que recordamos aquellos martes del 2003 en el bar Mi Habana, cuando no pensábamos que llegaríamos al 2010 con el saco todavía lleno de esperanzas.

Después de los abrazos, el cuento reglamentario; esta vez “Una Gallina”, de la escritora brasileña Clarice Lispector [encuéntrelo aquí].  ¿Es cierto que la gallina es el animal más estúpido que hay?  No lo podemos afirmar con certeza, pero la escritora uso una clásica narración con subidas y bajadas, protagonistas y personajes pasivos, antagonistas, motivos, escenarios y todo lo que se requiere para un buen cuento, además de un final con sentimientos encontrados; es decir, uno sabe que es inevitable como la muerte, pero nunca está preparado para afrontarla.

Sufrimos a la gallina, pero tal vez no tanto como al pasado.  Por eso cuando una joven escritora tan buena como es Magdalena Camargo nos leyó algunas de sus nuevas prosas poéticas, nos remontamos a lugares distintos y distantes.  Juegos de cama http://madziagesth.wordpress.com/page/7/ es un texto delicado, frágil por su propensión a perder al lector/oyente en sus propios recuerdos, pero tremendamente rico en imágenes y sensaciones.  Madzia Getsh dice que es un texto polémico, tal vez por haberlo sometido a públicos con baja tolerancia a sus propios temores (algunas frases sugieren un entorno lésbico), pero a mi siempre me ha parecido un viaje astral bien registrado, una capacidad de mirarse a sí misma en esa hora en que irrumpe el mundo en nuestros pocos momentos de intimidad, esos que sólo nos permite la somnolencia.

Hablamos de nuestra experiencia compartiendo – Magdalena su primero y yo mi segundo – Festival de Poesía de Quezaltenango en Guatemala.  Queríamos decir tantas cosas, pero el público (cuál “público” si no hay tarima ni pantomima) también quiso expresarse, y aunque hubo debate histórico, ideológico y político, nos encontramos en ese mismo deseo de poesía.

Prescripciones, también de Magdalena, http://madziagesth.wordpress.com/2010/04/01/prescripciones/ es un texto mágico, yo diría que tiene mucho de cinematográfico.  Cuando lo escucho no puedo evitar acordarme de una película que hicieron sobre Virgina Wolf.  Las Horas, creo que se llama.  Y es que estas imágenes que presenta el escrito de Madzia van más allá de sus descripciones.  Hay símbolos que se reconstruyen, que renacen en las palabras que elige para sus lectores.  Ella tiene un don, y también está en su silencio.
 
En estos días en Guatemala con Magdalena Camargo aprendí que es bueno preguntarse y dudar, callar y escudriñar, porque la poesía es exactamente eso lo que hace.

A N U N C I O importante:

No se pierda esta noche a las 7:00 en Rayuela (Vía Argentina, al lado de las farmacias Arrocha, Ciudad de Panamá) las historias del Festival de Poesía de Quezaltenango.  Habrá cuento, poesía, videos, fotos y una carga impresionante de buena vibra y nostalgia barata.

martes, 13 de abril de 2010

Martes de Mujeres...y los hombres también van!


Este martes elcuentodelosmartes.blogspot.com se trasladó a RAYUELA en la Vía Argentina de la "muy noble y leal ciudad de Panamá" para compartir con lectores y artistas en vivo.  Comenzamos taaaaarde porque andaba cada quien contando algún chisme en petit comité, pero en algún momento Rómulo Castro puso orden (después de haber puesto un increíble repertorio [en un aparatito que nadie vió] de música hecha por mujeres) y abrió los "Martes de Mujeres...y los hombres también van!"

Emocionadamente yo [Lucyérnaga Chau] pasé a la palestra para leer "Las dos ranas", un cuento de Nicolás Buenaventura Vidal, de su libro "Cuando el hombre es su palabra y otros cuentos".  Me siguió Luz Adriana Lopera con textos de Carmen Cecilia Suárez de "Un vestido rojo para bailar boleros" y con una innovación tecnológica (leyendo desde un celular), Pepe Calderón recitó unos versos de Camilo José Cela que yo no conocía:  "La donación de mis órganos".  Héctor Collado, presente y consciente se agarró de los Rubaiyat del poeta persa Omar Khayyam y Joao Quiróz, quien primero deslizó subversivamente el poema "Desnuda" del libro "El Turno del Ofendido" del poeta salvadoreño Roque Dalton en manos y voz de Collado, luego nos lanzó así como si nada el poema "Cicatrices" del mismo libro.

También conocimos dos canciones inéditas de Rómulo Castro, hasta que Pepe Calderón cedió...se dio y se dio con "Teresa Batista", ante un público enardecido que le coreaba hasta los ojos cerrados.  

¿Alguien quiere saber cuántos de su signo zodiacal se necesitan para cambiar un bombillo?  Luz Adriana tiene una "Agenda de la mujer" hecha en Quibdó que da todas las respuestas y tiene por norma sacar sonrisas.  

Pero tenemos más:  el personal de Rayuela es una comitiva de artistas y desde la barra salieron cuentos y platos artísticos que desaparecen misteriosamente, una vez colocados ante los comensales.

No se lo pierda el próximo martes... y no dejen que yo les eche el cuento!!!

(vea el resto de las fotos en la esquina superior derecha)

martes, 6 de abril de 2010

Los alacranes

[presentando el comentario de un seguidor de El Cuento de los Martes, quien analiza uno de los cuentos más importantes de la literatura panameña.  Joao Quiróz Gobea nos refresca la memoria y nos deja literalmente picados a punta de alacranes.]  Que lo disfruten! 

“Encorvado en un rincón, negro e inmortal como la pobreza, mirándola desafiante y sin moverse, estaba el alacrán. Pegados a su cuerpo buscando amparo, los hijos formaban una oscura flor de tiernos aguijones.”  

El cuento a comentar se llama Los Alacranes, cuyo autor es Manuel Ferrer Valdés. Este relato puede ser encontrado en la publicación Panamá: Cuentos Escogidos, que a su vez puede ser visto en el link http://bdigital.binal.ac.pa/bdp/tomos/IV/Tomo_IV_P2.pdf, específicamente en la página 281 de dicho documento.

Este cuento es uno de esos grandes clásicos de la literatura panameña que injustamente permanecen en el anonimato. Se trata de un relato corto que mantiene electrizado desde el principio  a quien se disponga a leerlo, al inyectar  altas dosis de desesperación,  llevándonos a escenarios de penurias entre la pobreza, la enfermedad y la muerte,  dándole luego un bocado de serenidad al lector  cuando toda tristeza desaparece de la vida del personaje principal “la pobre mujer”,  pero arremete nuevamente contra las emociones del receptor, al dejar claro que esa aparente calma no era más que una mentira producida por las sustancias alucinógenas que componen el veneno del alacrán.
A pesar de ser un relato corto es rico en descripciones de los parajes en los que se van desenvolviendo los personajes, lo que sitúa al lector dentro de la historia como un testigo más. De hecho los espacios reducidos y la oscuridad de los ambientes descritos por el autor hacen que el relato no sea apto para claustro fóbicos.
Las cuatro páginas de las que se compone la obra no son un obstáculo para que además de tener una trama cardiaca y excelentes descripciones lugares en donde se lleva a cabo la historia, tenga igualmente implícito el tema socio–económico. Las dificultades económicas, y las condiciones deplorables en que vive el personaje principal, y sus vecinos podrían tomarse como causa directa del problema sanitario que existe en el edificio de pequeños cuartos de alquiler: una plaga de alacranes.
En esa misma línea es importante destacar que la obra presenta elementos que documentan la cultura de los barrios panameños: (sin menoscabo de que otros hermanos y hermanas  del mundo puedan sentirse identificados) la fe en la lotería, los “vidajenas” que aparecen ante cualquier suceso fuera de lo común, el imaginario popular capaz de crear hasta hipocondrías colectivas, entre otros.  
Hablando en términos cinematográficos, pondría a este cuento  cuatro estrellas y media. Recomiendo su lectura y la subsiguiente recomendación de la lectura a otros lectores. Relatos como este, son de aquellos que deben pasar de generación en generación.  
[para conocer más sobre análisis socio-políticos y otros temas de Joao Quiróz Gobea, puede pasar por su blog Medio Cerrado pinchando el enlace o copiando esta dirección:   http://mediocerrado.blogspot.com/ ]

martes, 23 de marzo de 2010

participe y déjese de cuentos!

Si, llegó el momento de ensayar narrativa.  El certamen "CreacionIstmo" abre la convocatoria para residentes en Centroamérica.  Se trata de un concurso de relato breve organizado por Catafixia Editorial y patrocinado por la iniciativa Pacto por la Vida de la UICN.

Así es que afilen lápiz, mis queridos seguidores y visitantes esporádicos, que ya llegó la hora de revisar ese relato que tienen por ahí guardado y pasarlo en limpio para mandarlo al concurso.  Las bases están en el sitio de Pacto por la Vida o en el de Catafixia Editorial.  El concurso cierra el 16 de julio del 2010, así es que da tiempo para tener listo ese relato que un día comentaremos aquí en El Cuento de los Martes.

martes, 16 de marzo de 2010

Muy viejos para los cuentos


Les tengo malas noticias.  Si están leyendo esto, seguro experimentan lo que se denomina una regresión.  Todo me lo aclaró una vendedora de apartamentos cuando le toqué el tema de la lectura.  Me dijo que a uno le gustan los cuentos cuando es niño, la poesía cuando es adolescente y las novelas cuando le va mal en el matrimonio.   Yo – me dijo –  ya pasé por todo eso, y agregó con firmeza: “yo era bien romántica, pero ya me curé”.

Las malas noticias no sólo tienen que ver con que los aquí presentes no hayamos  superado las etapas de esta psicología de a puñetes, sino con el estrecho sendero de la literatura.  A juicio de mi personaje de esta semana – que sinceramente creo que es el de una gran mayoría de personas en esta frívola ciudad de Panamá – mientras más rápido uno supere estas tres etapas de fantasía improductiva, mejor se adapta al mundo real. 

Casi le creo, miren.  Si no hubiera sido porque empezamos a hablar de política y economía, hubiera comenzado a deshacerme de mis libros de cuento en primer lugar.  Los de poesía los hubiera abandonado en un parque y a las novelas las hubiera guardado en cajas (por precaución).   Me dijo que era el momento propicio para comprar bienes costosos, porque el alza de los impuestos (un 2% en las compras gravables) los encarecería en unos meses, pero que claro que era una buena cosa lo que estaba haciendo el gobierno, porque con esa plata estaban ayudando a los pobres. 

¡Ajá! Empezaba a mostrar lo estúpida en pocos minutos.  Cualquiera que vea las noticias – aún los canales más entregados a la propaganda gubernamental – puede sacar las cuentas sin calculadora.  Este flamante nuevo gobierno encontró la fórmula perfecta para darle un subsidio de al menos 16 millones de dólares a los grandes comercios, borrando del mapa a las pequeñas tiendas y vendedores ambulantes.  Inventaron el “bono escolar” para comprar uniformes y materiales, le dieron un papelito de 20 dólares a unos 800,000 estudiantes en la primera semana de clase y les dieron fecha límite para usarlos.  Les agregaron  una mochila que se rompió en el primer paseo y la orden obligatoria de usar las bolsotas con propaganda del estado, aún cuando estuvieran rotas.

El bono escolar fue rápidamente usado hasta para comprar carteras en algunos almacenes y en otros se armó el caos porque pretendían obligar a la gente a comprar las porquerías que se les estaban quedando en los anaqueles.  No olviden que el primer día de escuela “hay” que llegar uniformado; y en las escuelas privadas hay que tenerlo todo antes de entrar.  No me pregunten si el bono se puede usar en partes, porque seguramente la cajera en el almacén dirá “se tiene que usar en su totalidad, señora, no damos vuelto por uso de bono….”, y la gente cogerá por ahí más borradores y cuadernos para completar.  Negocio redondo  ¿verdad? Imagínese que la cadena de supermercados propiedad del Presidente de Panamá ahora vende uniformes de escuelas públicas….y todavía dice la vendedora de apartamentos que a ella ya no le gustan los cuentos!!! 

martes, 2 de marzo de 2010

Oh, yes, I'm a great pretender

Tengo en casa cuatro ejemplares de la Revista Ati que me enorgullecen.  Es un producto hecho por gente lúcida y sensible, que no muestra ningún complejo absurdo por vivir y trabajar en el interior del país (en este caso Panajachel, Guatemala).   “Ati” es la revista del lago de Atitlán.  Podría decirse que es el concepto de la comunidad de cuenca, que naturalmente determina la cultura de un conglomerado humano.  Eso lo han entendido los del equipo Ati, quienes tienen una serie de productos estéticamente potables y culturalmente abarcadores.

Luego de la introducción necesaria, paso al cuento que hoy me ocupa, y que encontré en el No. 20 del Año 3.  Para los cibernautas, les paso el vínculo http://atihojaabierta.blogspot.com/2009/07/oh-yes-im-great-pretender.html en el cual lo pueden leer en cosa de un par de minutos.  Se llama "Oh, yes, I'm a great pretender" y su autor es Juan Carlos Pensamiento.

Resulta que esta historia es la de muchas personas, quienes – intentando encontrar en la pareja una tabla de salvación para su soledad – terminan justificando los comportamientos típicos del ¿infiel?  Y lo encierro en interrogantes porque no sé quién es más infiel, si ese que engaña a su pareja con otra persona, o quién se engaña a sí mismo con la idea de que alguien le pertenece o es su responsabilidad. 

El tiempo entre las 3:30 de la madrugada y las 7:30 de la mañana son bien llevados en una narración casi sin pausas.  Un ritmo sinuoso en el que su protagonista – que no logra conciliar el sueño – pasa de la racionalización a la indignación varias veces.  Justifica a “su amorcito” de juerga con los amigos y en poco tiempo se lo imagina de conquista.  “Le tengo confianza” se repite para sí, pero de alguna manera quienes vamos leyendo sabemos que cada llamada al celular revela otra gran mentira.   La voz protagonista (en cursivas) desespera por su posición resignada, pero la acción es aún más angustiante, porque sentimos la humillación progresiva como un dolor propio, como cuando tu amiga te dice que el marido tiene ya como dos semanas llegando tarde y borracho “porque está muy estresado con el trabajo”.  Una sabe que al mínimo comentario sensato, a la mínima insinuación viene ese gesto de orgullo que te cierra la puerta a la verdad.  Nos han enseñado que “en cosas de marido y mujer…mejor déjala correr”.

Me gusta el lenguaje.  Es coloquial, directo y natural.  “!Ala gran puta, cómo me he engordado!” dice cuando ve su propia imagen; “lo van a chingar sus amigos, van a pensar que soy psycho” piensa cuando se auto-convence de no llamarlo como por cuarta vez. 

Creo que el final pudo haber sido mejor, pero de alguna forma logra cortar esa angustia que nos oprime el corazón.  La corta, pero no la suprime.  Digamos que ya resolvió el problema, pero no como uno quisiera (que lo mande a la mierda sin retorno, que le haga la gran bronca, que se las corte en trocitos), lo deja ahí para saber o recordar que lo que mucha gente teme es estar sola. 

martes, 2 de febrero de 2010

El Banquero Anarquista

Fernando Pessoa era un genio, además de un excelente escritor.  Eso lo empecé a notar cuando Eduardo Soto me regaló “Critica” de Pessoa, pero ahora que rescaté este cuento de entre unos libros pendientes que tengo por ahí, estoy segura.  La ficción de Pessoa es también razón y crítica de los modelos sociales construidos para cuidar apariencias. El Banquero Anarquista entra en el género de los “cuentos de razonamiento”.  En verdad, no sé quién inventó esa categoría, pero la tónica es de tocar temas filosóficos, y – como en este caso – hasta políticos. 

El banquero de Pessoa está seguro de que es anarquista, y su interlocutor lo duda a cada momento, pues parece imposible que un hombre que acumula riquezas y que vive del Capitalismo pueda creerse un anarquista como los que predican costumbres muy radicales en torno a posesiones y el orden (mejor dicho desorden) social.

El autor y el personaje parecen mezclarse en uno solo cuando van al profundo de las teorías anarquistas, de las revoluciones que nunca lograron más que nuevos tiranos para el pueblos, de los líderes que se tornaron en nuevos dictadores y de los movimientos sociales que acabaron desgastados a través de la historia.  Esto lo decía en 1922 sin haber cruzado con nosotros este triste umbral de neoliberalismo en el que nos encontramos perdidos como sociedad y como seres humanos.

Una frase clave aquí es “Ellos son anarquistas y estúpidos; yo, anarquista e inteligente”, porque la desarrolla hasta el final, explicando cómo el anarquismo se contradice a cada rato, cuando – para lograr sus fines – utiliza la tiranía del liderazgo y el seguimiento de los dogmas que cada grupo se inventa para subsistir.  Dice el autor que uno nace hombre o mujer; no rico ni pobre, marido, católico, protestante, inglés o portugués, y agrega que “todas estas distinciones se hacen en virtud de las apariencias sociales”, pero no son naturales.  Alega que cuando el anarquismo pretende “sustituir” estas apariencias sociales por otras (incluyendo categorizarse como anarquista), está cayendo en aquello que combate.

La idea del banquero se va explicando a través de su historia de vida, en la cual va modificando todo aquello que le parece equivocado, hasta llegar a convertirse en un singular revolucionario a quien no le interesa el dinero, pero se lo ha quitado del camino a no pocas personas.

Me desespera un poco el ritmo de la historia, pues el escritor se da pausas para que el personaje recuerde, medite, encienda un puro y se ría de la inocencia de su compañero.  También me roba la calma las reiteraciones; aunque confieso que de no haber, hubiera tenido que hacer yo misma las pausas para digerir el contenido.  Por ejemplo, cuando dice que ayudar a alguien es tomarle por incapaz, en esta idea toca detenerse y pensar, pero el autor lo hace con uno, colocando una pausa en el discurso.  Sugiere, a través de una acción del banquero, que uno también se detenga a pensar en esto, que uno piense en la grave tiranía que es suponer que el otro no puede hacer algo por sí mismo.

Con este último razonamiento, el banquero lleva a otros a odiar a la sociedad como tal, pero viviendo en carne propia la inanición, la pobreza y la riqueza.  Tal parece que ha conducido a muchos a pensar y a luchar contra las convenciones, pero ¿no se volvió un poco tirano?  “No”, contesta el banquero, porque la tiranía está en las convenciones sociales, ellos se han hecho presa de las apariencias y sólo quien se libera de ellas “se libera”.

Así, magistralmente, quien lee “El banquero anarquista” es conducido por una historia que en tiempo real podría llevar al máximo una hora de conversación, que comienza al finalizar la cena y termina al levantarse de tan peculiar sobremesa.  Dentro de esta historia, un chico pobre pasa de pertenecer al movimiento anarquista, a convertirse en un estratega ideológico cuyos métodos le dejan a uno con ganas de una segunda parte.

Les invito a leer “El banquero anarquista” en el sitio Internet de Canarias Insurgente, en un documento “pdf” que pueden guardar en la computadora.  

martes, 19 de enero de 2010

El boxeador y el calypsonian (José de Jesús Martínez)

Cuando el nombre es lo más importante que se tiene – sino lo único –, hace falta defenderlo. Por eso “Lord Delicious” y “Sugar Baby” sólo se lo ceden a Dios, un dios a quien le da igual lo que el par de negros quieran hacer con sus nombres rimbombantes y se da la media vuelta pensando en otras cosas, seguramente más trascendentes en su quehacer.

Chuchú Martínez alude a nuestra cultura caribeña, en la cual el ritmo y la sonoridad juegan un papel significativo en el trato cotidiano, pero la reiteración de ambos conjuntos fonéticos tiene algo de intriga. Son lugares comunes que se burlan de los estándares. El de “la gente” es un agrado complaciente que hace sentir bien a quien, creyéndose superior, baja humildemente a la altura de un personaje popular.

Hay una crítica al racismo positivo, que ya no distingue un buen cantante de uno malo, un buen boxeador de un pelele, porque le simpatizan y le divierten las minorías raciales. También hay algo de sarcasmo en su historia, cuando menciona los nombres engavetados por el funcionario “a la salida de la vida”. Este último dato identifica al autor de “Cuentos para rodar” con su posición ante la muerte y otros temas relacionados.

Propongo leer esta historia en el vínculo de la revista Tragaluz, con ilustraciones de Ignacio Ortega y por el mismo precio (nada) conocer la colección completa de “Cuentos para rodar” del escritor José de Jesús Martínez.