martes, 21 de julio de 2009

una calle como hilo conductor


Cuando me acerco al libro "Un milagro bastante raro" del escritor panameño Víctor Rodríguez, lo que me llama la atención no son tanto las historias macondianas que lo construyen, sino el detalle que las une. Rodríguez propone como hilo conductor una calle ficticia en un barrio real. Digo ficticia porque no recuerdo haber oído de una "Calle de los Arquitectos Borrachos" en el Casco Antiguo de Panamá (vaya que Rodríguez nunca menciona que sea Panamá, pero la describe en sus años ochenta). Pero el caso es que el narrador le atribuye a su hilo conductor la característica muy extraña - en estos días de individualismo - de aglutinar gente con carácter hasta bélico, que comparten secretos a voces, y que se solidarizan con sus condómines y demás vecinos en sus tragedias, por más inexplicables que parezcan.

Así, las características de "La Calle"; es decir, de sus vecinos, se van develando conforme pasan los cuentos que componen esta colección ganadora de la categoría Cuento del Premio Miró 2008. De hecho, llegamos a La Callle de los Arquitectos Borrachos con un personaje pueblerino que buscaba la paz de una culpa que lo perseguía, y es en esa calle en donde se encuentra a diario con la muerte antes de irse con ella.

En las historias de esa calle, el destino de sus personajes se utiliza un poco (o tal vez bastante) a manera de tragedia griega, dejando ver que - sin importar cuánto se evada el sino - el final de cada individuo era el trazado al principio de la narración.

Omnisciente, nuestro narrador nos cambia a la "Remedios la bella" de García Márquez, por un Heredio Anaya, transmutado en imagen de Che Guevara, quien después de un año de haber muerto sin miedo y enaltecido por un extraño guardia con cultura general, aparece para sus vecinos como "Un milagro bastante raro", dándole así el título a esta obra y al tercero de sus seis cuentos.

_______________________________________________________
La fotografía la conseguí en el sitio web www.guiaenpanama.com, igual que la del indio en taparrabos viajando en cayuco, con la que promocionan a Panamá como destino turístico. Como en el ying/yang toda bajeza también tiene su lado bueno.


3 comentarios:

  1. me llegó tu comentario, voy a buscar el libro.

    ResponderEliminar
  2. yo quiero vivir en esa calle, si es que existe y si es en Panamá, espero arrendar un cuartucho algún día allí.

    ResponderEliminar
  3. ojalá puedas leer esta colección de cuentos, Edgar para que encuentres la calle con todas sus señas.

    ResponderEliminar