martes, 26 de abril de 2011

La flaca

¿A quién no le gusta una canción que cuente una buena historia?  


No es sólo el estribillo pegajoso lo que nos seduce, sino lo que compartimos en nuestras fantasías (o realidades) con el autor.


En los versos de La flaca, del grupo español Jarabe de Palo, encontramos la sensualidad desgarbada del personaje que admiramos y que nos aviva un deseo apaleado por la libertad.   Quien a La flaca le canta la sabe libre, la sabe dueña de si, de su tiempo, para nada una fémina sumisa que se deje dominar siquiera por el "bienestar material".


Suma mucho la voz de Pau Donés, que tiene una particular manera de echar el cuento como si fuera un dolorcito.  Lo es, lo es porque sabes que las personas no son propiedad de nadie y sólo deseas estar con alguien, pero ni siquiera sabes si es posible.  A veces, incluso sabes que estás como lejos de esa paila y lo único que pides es una solita oportunidad.


La flaca es pues la historia del eterno enamorarse y saberse perdido en este gran libro de cuentos que puede ser el destino, ese que te coloca delante de alguien y también te lo aleja.  La canción termina con un fading bien intencional, casi melancólico y bastante lejano al tono que introduce.  Cantándola, uno se diluye en ese mismo estribillo sin aparente final, porque ¿cuál es el final?  ¿Después de ese beso -si te lo diera-, qué?


gózalo!

2 comentarios:

  1. Es bueno escuchar La Flaca, pero es mejor si dos la escuchan mientras se besan.

    Buen post, Saludos!

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  2. uyyyy, usted si que sabe escuchar música, campeón!

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