martes, 16 de diciembre de 2014

Tendencias que aburren

¿Qué sabe una por qué lee o no la gente? Es un acto tan personal, que fuera de las lecturas académicas obligatorias o  por la necesidad de aparentar, leer tiene que ver con una intimidad que sólo se conoce cuando impactó a quien leyó.  Algunas con ínfulas de promotoras de lectura como yo, a veces queremos contarle a todo el mundo cuando encontramos algo muy bueno, o muy malo, y nos apuramos a dar nuestra opinión a riesgo de caer en el desierto de nuestro regocijo individual.

Así que yo no sé por qué vino hasta Panamá el peruano Ivan Thays a decir (mejor dicho a repetir) que "el blog ha muerto" y que la gente (en un extremo) prefiere leer twits.  De pronto las estadísticas de google o las de su largo currículum en marketing le dictan información interesante sobre las tendencias que la gente regala en datos con sus clics, pero yo no sé si allá arriba en su elevado mundo de escritores inn se encuentre con gente que tiene otras formas y otros tiempos para mirar.

Miden cuantas visitas por día, por mes, por hora tiene un sitio web, un blog y cuantos retuits tienen los comentarios de los famosos.  Miden los likes de facebook como si no supieran que la gente pasa mirando y no necesariamente debe operar con el protocolo que ellos creen adecuado.  Yo visito un blog y leo todas las entradas que puedo, luego lo vuelvo a revisar el otro año para ver qué ondas.  ¿Me va a acusar de mala lectora? Dele.

Lo peor fue cuando dijo que la gente lee lo que ciertas personas influyentes recomiendan.  Ana y yo nos preguntábamos si es verdad que nosotras no somos estadísticas, pero nunca se nos ocurrió agarrar las sombras grises de la literatura erótica por el marketing que le hicieron con opiniones de famosos y todo.  Tampoco nos tragamos lo que Vargas Llosa y Alfredo Bryce dicen de Thays porque por muy nóbel que sea uno y por mucho que haya yo leído al otro, me va a dar por digerir cada pío que de este señor que ya me demostró lo vacío que puede ser su juicio literario.

Me cuentan (que no la escuché, porque para qué más tortura) que lo de periodismo y literatura, en que participó en el Festival eÑe Panamá tampoco llenó las expectativas de quienes desafiaron el tráfico y la lluvia por oír sobre lo chévere que escriben porque le meten una metáfora por aquí y otra cosita por allá, sin investigar ni hacer labor de periodista.

Bueno, todo esto para decirles que este blog no ha muerto, como no ha muerto la gente porque nadie le haga homenajes, ni las visiten, ni hablen de ellas.   ¿Cuantos años en solitario pasó Nicanor Parra en su casita de campo? Y está más vivo que nunca.

En fin, que eso de las tendencias a mi me aburre y más cuando me tratan de inculcar esa insoportable levedad del mundo literario.

¡Gracias por leer!   ;)

3 comentarios:

  1. Excelente Doña Lucy, esa franqueza es lo que se necesita ahora. Me uno a loas defensoroas del blog y de todo aquello que supere los 140 caracteres. Es la diferencia entre una pildorita de vitaminas, y la comida jajajaja!

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  2. El problema no es la cifra de desocupados twiteros o de "likes". El asunto es qué hacemos con esa información. Yo manejo y he manejado mi par de blogs, websites y similares. Aun me espanta que de los "views" que tengo, la mayoría solo invierte 10 segundos de lectura. La pregunta es, qué se hace con esa información? Me mudo a Twitter e instagram? Escribo tonterías e instagrameo mi blog? O escribo para la selecta minoría que habita mis páginas por 2 minutos? Un poquito de todo, digo yo. Asi como ni la novela ni el cuento largo han muerto, me parece que hoy nadie ya escribiría un Quijote.

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  3. Cuando me arriesgo a entrar en facebook por unos días, lo característico es la inconsistencia de la oponiología de los oponiólogos guiados por la TV. Eso es lo que debería morir.
    Un abrazo, Joao

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