martes, 19 de julio de 2011

Z A P A T O S

Cuando Martín Testa escribió el poema Lucy Cristina, uno de sus versos más dicientes fue “calza los traviesos pies con lo segundo que encuentra en sus atropellos”.  Nada podía definir mejor esa lluvia de preguntas que me atormenta al calzarme.  Pero la complejidad que presenta la obra “Zapatos” en cuanto a los motivos, deseos y fantasías que sostiene al negocio del calzado pasa de esa duda insoluble para meterse en un asunto de mayor calibre sobre la naturaleza humana.

Si además nos ayudamos con el documental “El siglo del individualismo” de la BBC, comprenderíamos cómo opera la mercadotecnia para que nuestros deseos más íntimos terminen reducidos a objetos en los que depositamos toda nuestra esperanza.

Pero “Zapatos”, la obra que presenta este mes el Estudio Lagartija en la ciudad de Panamá, pone en el tapete varios temas tabú.  ¿La infelicidad se cura con las compras? ¿Está la crueldad bien cotizada? ¿Qué es el éxito en el imaginario de una persona débil? ¿La marca importa más que la utilidad? ¿El orgasmo se produce en la mente? ¿Qué se pierde cuando se sacrifica la calidad?


Basada en la obra “Quality” de Elaine Avila, esta producción de Mariela Aragón y Maritza Vernaza, dirigida por Ted Gregory, se sitúa en una tienda de calzados de lujo, donde dos mujeres intercambian algo más que un horario laboral y unos cuantos secretos de venta.  Roxana y Pipa son la historia que cuenta la historia de muchas historias.  Ellas intuyen y conocen los porqués de las decisiones irracionales a la hora de comprar zapatos, pero tienen también sus propias historias de miedo y deseo, de soledad y protagonismo.  Dialogan con soltura y pasan de un sentimiento a otro como ocurriría en un día cualquiera en un trabajo cualquiera, salvo porque para ellas lo que hacen es pasión por lo humano.  En eso las actrices se revelan. Una que las conoce un poco sabe que dentro de Pipa y Roxana hay algo de Maritza y Mariela y sus miradas cómplices van a develar algo de nuestras mentes para presentarlo al próximo grupo íntimo de privilegiados que entren a ver esta obra.

Vayan a ver “Zapatos” y verán que ya no verán a los suyos de la misma forma…

1 comentario:

  1. fui a verla por tu recomendación y me gustó el concepto, pero creo que llegando el final se cae un poco. saludos, yo!

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