Del blog de Alberto Montt |
El concepto de la víspera de navidad como “noche de paz y de amor” al cantar del villancico es solamente una parte romántica y banal de la historia, más banal que romántica.
No sé si es que mi círculo de amigos está lleno de los denominados grinch o si en verdad la gente está tomando un mínimo de conciencia de lo que implica gastarse toda la plata juntada en un año en un día de compras de diciembre, todo el despilfarro y la miseria que rodea el escenario en que se desarrolla la trama, la desigualdad del poder de consumo entre el pavo de 7 kilos y el pavipollo de 3, sin embargo los dos a un precio casi equivalente libra por libra. La fotografía se reproduce en Panamá o acá más al sur. Me reconforta saber que por lo menos la gente cercana va tomando conciencia de toda esta irracional parodia.
Hace unos días me topé con un cuento titulado El niño vendedor en el libro Manual del fantasma amateur del amigo escritor Marcelo Benvenutti y sentí, con todo y las diferencias de la ubicación geográfica, que la navidad no es otra cosa que una fiesta de excesos y desigualdades. Si por lo menos hay conciencia de eso en algunos pocos invito a no dejar perder nada en la fiesta de navidad que en el mejor de los casos es un buen momento para compartir, invite a los vecinos o a quienes no van a tener cena de noche buena a comer del pavo o pavipollo, para que toda esa comida no se pierda olvidada en algún lugar inhóspito del refrigerador.
!Feliz navidad a los lectores de El Cuento de los Martes! Que compartan la fiesta y hagan su parte de la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario