Todo comenzó con una publicación en el facebook. Héctor Hernandez Montecinos, poeta chileno con un valioso aporte literario y apasionado conductor de talleres literarios declaraba la mañana de este martes la "repugnancia epistemológica" que le producen los cuentos.
Como es de esperar, llovieron indignados, creyendo que el poeta no consideraba a los grandes del cuento latinoamericano como Borges, Cortazar, Rulfo, Onetti y Monterroso, entre otros. La lista es larga, pero HH, como se le conoce entre sus seguidores de carne y hueso, las desvalijó con una frase lapidaria: Después de "Historia universal de la infamia", El Aleph y Ficciones - todos de Borges - que fueron escritos hace más de 70 años, nada había hecho despelucarse a nadie en el mundo. Bueno, nunca habló del pelo, pero es lo que se podía resumir de su queja. Los demás, del canon literario, de la realeza de la literatura, los autores de esos que llamamos "de culto" y que nos producen el tonito de respeto con el que los nombramos.
Pero hay que leer con calma, porque Acheache no está desconociendo una corriente literaria más antigua que la novela, ni siquiera la tradición árabe o la oriental, sino que se queja de su falta de evolución, de la pretensión de los entendidos por los decálogos y las reglas básicas. Con eso, lo único que han hecho es matar al cuento.
Así que mientras avanzaba la mañana, llegaban más preguntas, retos y comentarios a la confesión del muro-habiente, yo seguía con mucho sigilo para ver si caería ante todas las razones expresadas. Admito, eso si, que me daba rabia su atrevimiento, pero una rabia efímera cuando iba argumentando con cada litigante. Empecé a entender su queja, a comparecer privadamente en mis pensamientos. Revisaba mentalmente mis propios cuentos y sonreí con lo fácil que fue armar muchos de ellos, como quien tiene una vieja receta de familia y casi mezcla los ingredientes a ojos cerrados.
Llegado el momento de mi reconciliación con las palabras del poeta, me decidí a pedirle su autorización - y la de todos sus interlocutores - para plantear acá el problema y las nuevas interacciones, pero el mismo autor de la polémica se me adelantó. Gracias a lo cual, podemos leer cómodamente en su blog la entrada "Contra el cuento", en la que detalla desde el inicio su planteamiento y va dialogando con las distintas defensas.
El tono es duro, pero no menos amoroso. Sus anotaciones son genuinas y tiene muchos elementos para decir lo que dice, salvo que quienes amamos el cuento nos rendimos ante él como nos da la gana. El cuento es como esa vieja madre que nos cobija cuando necesitamos reposar en su lecho.
No puedo interceder por el cuento ante este amado y odiado poeta, pero sigo valorándolo y considerándolo un gran invento, que si bien puede que no haya evolucionado con la fuerza transgresora de la poesía, me resulta atractivo, entretenido y versátil, por decir poco.
Hola Lucy,
ResponderEliminarComo fiel amante del cuento no puedo quedarme callado y tanto aquí como en el blog del poeta tiro mi veneno:
1. Él mismo lo dice en el numeral 27, no le gusta el cuento y por eso lo critica. Cuestión de gustos.
2. Yo sinceramente prefiero el cuento a la novela.
3. La novela ronda mucho para llegar a un final, quizá inesperado, quizá predecible; pero igual da muchas vueltas y uno usualmente termina por marearse, por olvidar los detalles más necesarios para una buena comprensión del texto a plenitud.
4. Por allí mismo, la novela (no todas, pero sí gran parte de ellas) parece volverse un escrito donde pones un montón de hechos más o menos ordenados y dialécticos para argumentar un final. Guácala.
5. Para mí la poesía con narrativa ni es poesía ni es narrativa, está en un limbo indefinido y triste en la que nunca he encontrado algo sorprendente, con la excepción de Las Cicatrices de Dalton, que al final (por lo menos es lo que me parece a mí) es una perfecta mezcla entre cuento y poesía.
6. Aquello de que la novela gana por puntos y el cuento por nocaut lo dijo Cortázar. Punto.
7. Y en esa misma línea, ¿No es famosísimo aquel librillo de cuentos que se llama Historias de Cronopios y Famas, publicado antes que Rayuela?
8. Si yo escribiera un cuento sin aquella estructura de la que el poeta habla (y a la cual no se refirió específicamente cuál es, pero que más o menos intuyo a lo que se refiere) me sería imposible ganar un concurso y casi imposible buscarme una editorial. El sector de la literatura está lleno de vacas y toros sagradas (os) que al final son quienes determinan lo que se publica o lo que no se publica. Esos sujetos terminan también haciéndole el juego a la burguesía, pero eso él no lo dice; y quizá convenientemente lo omite. Triste pero cierto.
9. Nadie que comience a escribir comienza tirándose una novela, quizá poesía, pero una novela como ya he dicho es un mundo para marearse y eso contando que hablé del hecho de leerla, ahora imaginemos un principiante escribiendo una. No es que el cuento sea fácil de escribir, sino que en cuanto a su extensión da para comenzarlo y concluirlo en un tiempo razonable, en este orden de ideas, considero que es un género literario que se presta para ejercitarse en la narrativa y para experimentarla.
10. Por allí mismo, el que no se publiquen casi libros de cuentos está asfixiando a un sector de nuevos escritores que comienzan por escribir sus cuentos y nunca les llega el momento de publicar y terminan por frustrarse. Esto le hace el juego a la burguesía y/o al ganado sagrado del que hablé en el numeral 8.
11. ¿Cuál es el pecado que el cuento sirva para entretener?
Interesante traer el tema a discusión porque es necesario hablar de estos temas, sin embargo después de haberme leído los numerales en el blog del poeta no encontré ningún argumento de peso contra el cuento como género literario fuera de aquel que se refiere a la cuestión de los gustos ¿Así es la literatura después de todo, no?
Un abrazo Lucy y gracias por este post sumamente informativo.
Joao
Bueno, no deja publicar comentarios por allá, pero ya el veneno está regado, jejeje.
ResponderEliminarTu defensa del cuento está casi para publicarla por separado. Se ve que te emberracaste y eso es bellísimo. De acuerdo contigo en muchos puntos, pero me voy a tener que sentar a escribir en defensa de la novela, jaja! Abrazo.
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