La Historia, esa que se escribe con mayúscula, no es más que un cuento, una construcción literaria que - si bien no tiene por objetivo entretener - termina siendo una ficción que se repite como credo tantas veces como sea necesario para ser creída por la mayoría.
La abuela de Jota Jota, en la novela Hombres enlodados dice sabiamente que "toda historia tiene por lo menos dos versiones, pero no todas las versiones se convierten en Historia".
Eso fue lo que pasó, por ejemplo, con todo el tejido de historias que viajaron en las crónicas de la conquista española. Visiones del mundo que se abrió a las puertas de una economía en crisis, como la española y que fue narrada en la versión de los más vulgares personajes que pudieron concretar el negocio multimillonario de robar metales preciosos y seres vivos a un continente de paz, como era América antes de ser bautizada con sangre.
Hoy, cuando se han develado testimonios, cuando se ha escudriñado en las incongruencias y los abuelos han hablado podemos tener otra versión, la otra versión, la que no se contó en favor de los poderosos. Un reino ficticio se benefició de la versión ficticia, una Corona devaluada se llenó de oro robado, ajeno, bañado en sangre. Pero hoy podemos empezar a contar desde nuestra forma de ver y nuestra versión podrá parecer un cuento (leyenda negra le llaman cariñosamente), pero será la que coloque las cosas en su justo lugar.
Abia Yala, la masacre no pudo enterrarte viva.
Dice que la Historia la escriben "los triunfadores". Yo no sé si lo somos y si no lo somos, no importa quienes sean, eso ya no le interesa a nadie. Ahora tenemos blogs para escribirla nosotros, a voluntad.
ResponderEliminarAbrazo, Joao
Los martes no son lo que solían ser...
ResponderEliminarHabrá que hacer algo... no podemos permitir que los martes se sigan diluyendo entre otras preocupaciones. :)
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